Polaroid de locura ordinaria

Imágenes surrealistas aparecen frente a mí. Una tras otra. Una y otra vez.
Ya no sé si las vivo, si las siento o las pienso. Pero soy parte de ellas. Tan escandalosas e imprevisibles. Tan oscuras y significantes.
No es preciso gritar. La rabia se condensa en el aire y lo llena de voces condenadas al hastío, a la bronca; muchas, al odio.
Te preguntás por qué y esperás una respuesta. Por qué. Y sólo basta eso para que el universo se pueble de un sinfín de preguntas y ninguna respuesta. Por qué.
El abismo es oscuro e infinito. Un espiral sale de él a buscarme y yo no sé si colgarme o resistirme. No sé si reprimirme o dejarme llevar. Pero no ejerzo fuerza ni resistencia alguna.
Mente en blanco. El alma ya ha cambiado de color.
Quiero volar en esa dialéctica. Ser una calesita de ilusiones encontradas sin razones ni sentidos.
Porque siento que hoy hasta el sentido más cierto ha perdido la razón.

He aquí una respuesta. Ninguna pregunta. ¿Alguna certeza?